en el trabajo


Cuando entre a trabajar en la empresa, me encontre con un grupo
bastante heterogeneo de gente. Habia de todo, cultos rasos y
universitarios incultos, asi que se pueden hacer una imagen del
ambiente.
Entre toda esta gente, se destacaba por su presencia e imagen, una
mujer a la que llamaban Sabrina. Su nombre real, de origen
centroeuropeo, era difícil y habia derivado en el “Sabrina” que les
comente antes.
De Sabrina se corrian varias historias, que, viniendo de quienes
venias, tenian todos los visos de ser falsas.
Sabrina era una mujer madura, 45 a 50 años, soltera o viuda, sin
hijos, rubia natural, robusta, no gorda, y de altura normal. Muy
reservada ella, hablaba muy poco y con pocas personas del grupo.
Imponia respeto. Asi que se pueden imaginar como me sentia yo, escasos
25 años, el dia que me dijeron que “a partir de mañana reportas a
Sabrina”. Sonamos, dije entre mi, y me esmere en tener la mejor imagen
y mostrar la mejor educación posible.
Despues de como un mes de trabajar con ella, la conversación no pasaba
mas alla  del buen dia, hasta mañana y como va tu trabajo, hasta que
un dia me dice que habia que terminar un informe como fuera.
Y si hay que quedarse extra, se queda.- me dice en tono serio
Llegada la hora, faltaba bastante y no me quedo otro remedio que
quedarme. Supuse que me quedaria solo o a lo sumo con Jorge, un
compañero con el que habia una corriente de amistad. Como a la hora,
me levanto para ir al baño y ahí me percato de que quien se habia
quedado no era Jorge sino Sabrina. Cuando vuelvo me pregunta si me
faltaba mucho.
No.- le contesto.- Menos de media hora
Ah, bueno, -dice- entonces no pido delivery.
Me extraño sobremanera que dijera eso, porque la imagen que me habia
formado de ella no era muy favorable. No supuse que pudiera
preocuparse por si tenias o no para comer o que te faltara algo que
ella pudiera proveer.
Como a los dos meses, un dia me dice si tendria inconveniente en
quedarme dos o tres dias haciendo extras para terminar algo. Otra vez
me extraño, porque no lo ordeno, sino que pregunto si podia quedarme.
Por supuesto la respuesta fue afirmativa.
El tercer dia, ya cerca de las siete de la tarde, faltaba para
terminar cuando Sabrina dice:
Bueno, paremos un rato y comamos algo…
Habia pedido un delivery para la oficina (eramos cuatro, Jorge,
Claudio, Sabrina y yo) y los otros dos estaban mas sorprendidos que
yo. Cuando terminamos de comer, volvimos al trabajo y como a las 10 de
la noche, terminamos todo. Cuando salimos, yo tomo el camino habitual
para ir a mi casa y veo que Sabrina va en el mismo sentido.
Como ya dos veces habia “conversado” con ella y no me habia mordido me
atrevi a empezar con un:
¿Usted tambien va para alla?
Si, -me contesta- el subte me deja cerca
Alli me entere que bajaba dos estaciones después que la mia, que vivia
sola, que hacia 35 años que habia llegado al pais, que le gustaba el
teatro y la musica, en fin, una parva de cosas de las que nunca, en el
trabajo, habia hablado.
A la semana siguiente, un dia, a la salida me la encuentro a Sabrina
en la estacion y nos ponemos a charlar. Cuando estoy por bajar, me
dice :
¿No tenes ganas de un café?
Bueno, -le digo- aca arriba hay una confiteria buena.
La conozco,- me contesta- Hacen una mediaslunas riquisimas…
Estuvimos como dos horas conversando y me encontre con una tipa
macanuda, amable, divertida en la conversación, nada que ver con la
imagen que daba en la oficina. Al despedirnos, me da la mano y uno de
esos besos de compromiso en la mejilla. Rapidito y apenas que te toca.
Se hizo casi un habito, todos los dias ir a tomar un café. A veces
eran 20 minutos, a veces dos horas y se establecio, fuera del trabajo
una especie de amistad entre una señora y un jovencito. A mi ni se me
cruzaba mirarla como una mina con la que podria acostarme.
En una oportunidad, me invito a un teatro, otra vez al cine, me senti
obligado a invitarla a cenar, hasta que un, dia después del consabido
café, me pregunta si le podia echar una mano a mover algo en su
departamento.
Por supuesto que si.-le conteste
Cuando llegamos, un cuarto piso, tres ambientes, muy lindo y comodo.
El departamento que uno se imagina de una mujer, bien arreglado, en
fin, acogedor. El tema era que habia que sacar el lavarropas y poner
en su lugar el nuevo, nada muy difícil. El viejo, me dice de dejarlo
en el pasillo, que el portero después se ocupa. Despues de sudar un
rato, quedo todo acomodado. Sabrina habia laburado como si fuera un
tipo y me dice que la disculpe, que se va a pegar un remojon. Cuando
sale, envuelta en una salida de baño blanca cortona, me percate de que
tenia muy lindas piernas y me imagine lo que habia arriba y me empezo
a gustar.
Pegate una ducha, -me dice- asi te vas fresco
No te preocupes Sabrina, estoy bien asi…
No seas zonzo, -insiste- ponete comodo y date una ducha
Y alcanzandome otra salida de baño, agrega
No te ira a dar vergüenza usar una salida femenina…-me dice sonriendo.
Cuando me dijo asi, me palpite que Sabrina queria joda y a mi el bicho
se me empezo a despertar. No me quedo otro remedio que aceptar, asi
que me duche y me puse esa salida de baño, que me quedaba bastante
bien, pero corta, de modo que si me agachaba apenas, o me sentaba, se
veia todo.
Cuando salgo, habia preparado café y algunos bocaditos y estaba
esperando a que yo saliera. Nos sentamos, yo tratando de que nada se
me escapara y ella tratando de mirar disimuladamente. Cuando se
inclina para servirme café, se le abre un poco la bata dejando ver un
par de tetas, que le colgaban divinas, con unos pezones enormes, y que
no se preocupo mucho en cerrar. El bicho me pego un salto que medio se
escapo de la bata.
Me debo haber puesto colorado, porque me pregunto que me pasaba.
No, nada, nada, -le digo- debe ser consecuencia de la ducha…
¿Muy caliente?
Si, posiblemente.
No, no digo la ducha, sino vos…-y me apoya la mano arriba del ganso
Como la bata era muy corta, encontrarlo no le costo nada y agarrarlo, menos.
Yo no sabia que hacer, si meterle uno de esos besos de lengua de
locos, si meterle la mano en las tetas o que, mientras ella, lo unico
que hacia era tenerme la pija en las manos. No las movia, me la
apretaba y la soltaba, suavecito y rítmicamente…Me suelta, se toma el
café, se levanta y sin ningun problema se afloja el cinturón y deja
caer la bata.
¡Que mierda! Una hermosa mujer, con un cuerpo rotundo, un par de tetas
que le caian un poco pero no fofas, una pancita suave, una concha
apenas depilada, unas caderas poderosas y un par de piernas esbeltas,
acordes a ese cuerpazo. La poronga se me puso como un fierro de dura,
y la cabeza latia.
Se me acerca, me abre la bata y abriendo las piernas se me sienta a
upa y con las dos manos me ofrece una de las tetas. Tarde una decima
de segundo en chuparla toda y pasarle la lengua por el pezon, ques
epueso duro como un taquito de madera. Duro y parado. Con la mano,
mientras, le masajeaba la otra teta y le pellizcaba el pezon. Se puso
a suspirar ya gemir despacito y a moverse dandome ahora una teta,
ahora la otra. Le empece a buscar la concha, cuando me dice que no me
apure, que tenemos toda la noche, y tras carton es ella la que me
enchufa un beso que me saco hasta las campanillas.
Se levanta y agarrandome de la mano, me lleva hasta el dormitorio.
Como le llevo media cabeza, la abrace desde atrás, agarrandole las
tetas y apoyandole la pija en la raya del culo, camine al mismo ritmo
que ella. Ni se inmuto por sentir la pija en el orto, es mas, empujo
un poco, como diciendo que ya va a haber tiempo.
Se tiro en la cama, encogiendo las piernas y dejandome toda la zona al
alcance de la mano. Entendi enseguida que queria lengua y me tire
arriba de esa concha, jugosa y sabrosa, como un tipo sediento,
metiendo lengua y dedos a mas no poder. Gemia y se retorcia de placer
que daba gusto. No se como aparecimos enroscados en un 69, nos
chupabamos como desesperados, cuandonoto que Sabrina arquea el cuerpo
y me llena la cara de un flujo clarito, viscoso y salado. Sentir ese
gustito y acabarle en la boca, fue solo uno. La muy guacha, se guardo
la leche en la boca y cuando se da vuelta y me da un beso, me la paso
a mi y asi estuvimos como cinco minutos pasandonos la acabada de una
boca a otra, hasta que se la trago toda.
A todo esto, con una mano me iba pajeando y cuando se termina de
tragar la leche, me acosto y se me subio encima, metiendose la poronga
adentro. Se empezo a quejar suavecito con un ¡ay, ay, ay, ah, ah, ah!
mientras le hacia cosquillas en el clítoris y le masajeaba las tetas.
¡Que espectaculo era ver esas tetas balanceandose!
Sabrina empezo a quejarse  de “¡como la tenes!””¡Ay que me
duele!””¡Ay, pendejo hijo de puta, que pedazo tenes!” y cosas por el
estilo.  El escucharla me excitaba mas y me parecia que la pija se me
hinchaba. Cuando empezo a temblar y sacudirse, me lleve un cagazo
mayusculo, pero cuando ademas empezo con el “¡Ah,Ah, mas, mas, siiiii,
asiiiii!”
“¡Dame, dame, adentro, aaaaayyyyy!” le di bomba a lo bestia,
levantandola con cada pijazo, hasta que se me tiro encima y me mordio
el cuello mientras gritaba “¡Me voy, me voy, me muero, dame,
assssiiiiiii!” y volvio a mojarse toda haciendo que la pija se moviera
con una suavidad impresionante. Despues de la acabada mia, a mi no me
daba el cuero para otro polvo, pero asi y todo no se me bajaba, es
mas, se me ponia peor y ella la sentia adentro como palpitaba. Se sale
y se va a chuparmela, desaforada, se la metia casi toda en la boca,
lamia el tronco, mordia la cabecita, me corria el prepucio al mango y
me lamia todo alrededor. Yo estaba que reventaba y le habia metido
cuatro dedos en la concha y los movia, abriendo y cerrando y adentro
afuera. Gemia y suspiraba como si se fuera a morir, me chupaba los
huevos y me pasaba la lengua por el perineo, casi llegando al orto.
Empece a tantearle el orto y noto que se relaja y se pone como para
que entre. Me mojo bien dos dedos en sus jugos y le meto  apenas la
puntita en el culo. Se quedo quietita, como esperando algo mas y yo
empuje un poco.
Encogio las piernas, quedando como arrodillada y la cabeza apoyada en
mi pija, con el orto apuntando al techo, bien abierto. Le meti un
tercer dedo y los empece a girar, abrir un poco y cerrar, mientras
empujaba. Le saque los dedos y meti la cabeza en ese culo imponente,
pasandole la lengua por toda la raya del culo y cuando llegaba al
ojete, empujaba la lengua para adentro. ¡Se ponia como loca! Me
arrodillo atrás de ella y se la meto en la concha, desde atrás y bien
a fondo, bombeo un poco y la saco. Otra vez adentro, bombeo un poco y
la saco. Asi, tres o cuatro veces y en la ultima sacada, se la arrimo
al ojete y empujo un poquito.
¡Ay, no, hijo de puta! –grita- La tenes muy grande…
No le di mucha bolilla y empuje otro poco
¡Aaayyyy, paraaaa, despacio! ¡Arde!
Me quede quieto y ella tambien. Veo que estira un brazo y de algun
lado saca un pomo y me lo da. Le embadurno bien toda la zona, se la
saco  y le meto una buena cantidad y la vuelvo a meter, apenas.
Suspiro profundo y acomodo un poco mas el culo. Cuando lo acomodo, no
lo pense mucho mas y empece a empujar, despacito, pero sin parar.
Despacito, bebe, -me dice- Asi despacito…
¡¡¡¡Ahhhhh!!!! ¡¡¡¡Asssiiiiiii!!!!¡¡¡¡Ufffff, Ahhhhh, suave
assssi!!!!! Y cerraba el ojete apretandome la pija.
Cuando tuvo casi la mitad adentro me dice:
Sacala un poco que la quiero sentir….
Cuando tuvo casi la cabeza afuera, empujo de golpe y se la metio toda
a fondo, quedandose quieta y jadeando. Poco a poco, se fue acostando y
yo encima de ella, bombeando suavecito. Hacia como una hora que le
estaba dando bomba por todos lados y seguia teniendo la pija dura como
un garrote. Sigo bombeando suave, mientras me acomodo de rodillas,
para  que le entre mas, cuandosiento que voy a acabar y le aviso.
Sabri, me voy, me voy
¡Llename el culo de leche! –me contesta
Ni bien termino de decirlo, siento los espasmos de una acabada
bestial. ¡Le descargue una cantidad de leche en el culo, que no lo
podia creer! Cuando la saco, media marron y toda jugosa, le goteaba
leche  y se la desparrame por la espalda. Asi como estaba, se da media
vuelta y me la quiere chupar. Como se la saco, porque a mi me daba
asco, me la agarra y tironea de la poronga hasta que se la mete en la
boca y chupa desaforada toda la leche que quedaba con todo lo que
venia acompañando.

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