Sexo con 2 maduros


Con Rodrigo todo era perfecto, fué mi primer hombre, me hacía sentir especial, muy deseada, me enseño mucho sobre sexo, me lo hacía de todas maneras y todo lo disfrutaba. Fueron dos de los mejores meses de mi vida.
Aunque un día sucedió algo que cambiaría nuestra relación.
Fué una tarde de un jueves como otro más. Yo fuí a su estudio. Rodrigo es ingeniero, el tiene su propio estudio, donde trabaja por su cuenta y era el lugar donde podíamos estar juntos, lejos de su familia y de la mía. Un lugar donde consumar nuestros mas íntimos deseos, con toda la privacidad que necesitabamos.
Yo tenía un juego de llave, entré y observé que Rodrigo no estaba solo. En un principio pensé que era un cliente, pero apenas me vió Rodrigo, vino a saludarme, me besó en la boca. Por mi parte quedé dura, sin respuesta. No fué por el beso en sí, ya que juntos habíamos probado de todo, si no el hecho que me besó delante de alguien, y lo nuestro era algo sumamente privado, si alguien lo sabía nos traería grandes problemas.
Rodrigo relajadamente, me dijo:
-Vale, quedate tranqui, Rodolfo es un amigo de toda la vida.
Lo saludé con un beso en su mejilla, y me senté con ellos en el sillón. Estuvieron hablando de todo, por mi parte cada tanto lanzaba un comentario, pero estuve muy callada. Escuchandolos pude saber algo de Rodolfo. El estaba viviendo en Madrid, junto con su familia, se había divorciado hace solo unas semanas, y se vino a Buenos Aires, para despejarse un poco de sus problemas y decidir que hacer con su vida.
Aproveché para verlo a Rodolfo, era totalmente diferente a Rodrigo. Mientras mi hombre era el típico metrosexual, bronceado, un cuerpo delgado, con un corte moderno, vestido bien a la moda. Rodolfo era todo lo contrario. Era alto cerca de 1.90 metros, piel oscura, un bigote grueso, si bien no era gordo, tenía sobrepeso, pero que lo disimulaba con su altura, se notaba unas entradas en su cabello, pelo negro, un hombre algo rústico, pero tenía una presencia importante por su tamaño.
En un momento Rodrigo me pide si lo acompaño a la cocina. Fuimos juntos. Una vez allí aproveché para abrazrlo y besarlo, contarle las ganas que tenía de quedarnos solos.
Lo noté raro y le pregunté que sucedía.
-Nada, no pasa nada, bueno, se que me vas a matar, pero necesito que me hagas un favor, me dijo.
No me imaginaba de que se trataba, sin entender nada le pregunté de que se trataba.
-Se que te pido demasiado, pero ayudame con esto. Decime que sí.
Nunca lo ví así, no entendía nada.
-Que pasa? dale decime, le dije.
-Mira, Rodolfo pasó por mucho estos últimos tiempos, y es un amigazo de toda la vida, le prometí algo, lo podés ayudar mucho.
-Si puedo claro, que necesita, le dije inocentemente.
-Necesito que te dejes coger por el.
Me sentí shockeada, jamás huiera pensado que Rodrigo me pediría algo así, pensé que el estaba enamorado de mí. Fué doloroso, me sentí muy mal.
Con mi cabeza le decía que no. Pero siguió insistiendo y una parte de mí que lo amaba con todo mi ser cedió y acepté.
Me besó y agradeció. Me tomó del brazo y me llevó donde estaba Rodolfo.
-La nena es toda tuya negro. Le dijo Rodrigo, que se sentó solo en el sillón como espectador.
Rodolfo se me acercó, si decirme nada, me tomó de mis piernas, me levantó y me puso de espalda contra una pared mientras me sostenía en el aire y me besó los labios, luego, empezó a meter su lengua en mi boca y me besó un buen rato con su lengua hasta que se cansó. Me pusó sobre el suelo de rodillas y empezó a desabrocharce el pantalón delante mio, hasta quedar de la cintura para abajo sin nada. Tenía un pene bastante grande, tendría mas de 20 cm y grueso, recuerdo que era muy venoso.
Lo escuché a Rodrigo decirme:
-Hacelo como vos sabés.
Me molestó que me diga que hacer, pero de todas formas lo hice.
Con mi mano derecha sujeté su pene por la mitad, me puse su cabeza en mi boca y cerré los ojos. Lamía su cabeza con mi lengua, la saboreaba pensando que era la de Rodrigo, su cabeza apenas me entraba en la boca, pero lo hacía lo mejor que podía, mientras devoraba su pene, con mi mano empecé a masturbarlo por el tronco de su miembro.
-Ahhhh, que hija de puta sos, perrita de mierda, no podés ser tan puta pendeja. Me decía Rodolfo.
Me trataba con una prostituta, me ofendía pero en el fondo me gustaba la idea.
Luego de unos cuantos minutos, siento que la mano izquierda de Rodolfo me sujeta por la parte de atrás de mi cabeza. Con su mano derecha saca mi mano de su pene y empieza a masturbarse el mismo, aún con la cabeza de su pene en mi boca, me preparé, sabía lo que venía, pensaba que estaba lista pero me equivoqué.
Escuché sus gemidos de placer, con su mano sostuvo con fuerza mi cabeza, para no dejarme zafar, y largó su leche dentro de mi boca, la sentí tan espesa, era asquerosa, traté de tragar todo lo que pude, pero sentía que no paraban mas los chorros de semen, hasta que para zafarme, mordí con mis dientes su miembro sin demasiada fuerza y aflojó, dejandome sacar su pene de mi boca. Quedé en cuatro patas sobre el suelo, tosiendo y escupiendo su leche que había largado dentro de mi garganta y que gran parte de esta estaría en mi estomago para ese momento.
Entre ellos se hablaban, parecían bastantes inmaduros, festejando el sexo oral que me hizo.
Cuando me sentí mejor, me paré y fuí al baño a tomar agua y limpiarme la boca.
Me tomé unos cuantos minutos, cuando salí. Rodolfo estaba completamente desnudo, esperandome. Se me acercó, y me sacó la musculosa blanca que llevaba, siguió con mi corpiño de color blanco. Me sentó sobre la mesa del living. Sacó mis zapatillas, las medias. Tomó mi calza de color negra por la cintura y me la bajo hasta sacarmela. Tenía una tanga colaless, muy pequeña de color blanca, que cuando me la quiso sacar me la rompió. Me dejó completamente desnuda. me acomodó en la mesa, me separó las piernas y puso mi cara sobre mi vagina depilada, su lengua devoró mi cosita, chupaba mis labios vaginales, los mordía, su lengua pasaba por mi rayita, luego succionaba mi clítoris, me la lamió un buen rato, yo solo cerraba mis ojos y tapaba mis pechos desnudos con mis brazos, hasta que me tomó de mi cadera, me acercó mi colaa al borde de la mesa, dejandome boca arriba y con mis piernas colgando. Sus manos separaron mis piernas, se puso entre ellas y sentía la cabeza de su pene presionando contra mis labios vaginales, a los segundos pude sentir su cabeza penetrarme de a poco, cada vez la tenía mas adentro, sentía su pedazo de miembro llenarme como nunca me sentí, era un miembro poderoso, me hacía estremecerme, me dolía pero se sentía tan placentero. Sus manos sacaron mis brazos que cubrían mis pechos y con sus manos apretó cada uno de mis pechos, lo hacía con fuerza al punto de lastimarme y producir en mí gritos de dolor, que a la vez me gustaban y me hacía gemir como nunca antes, su pene entraba y salía con tanta fuerza de mi vagina, sentía su cuerpo chocar contra el mio, su traspiración chorreaba sobre mí, estuve tan cerca de tener un orgasmo, pero Rodolfo sacó su miembro de mi vagina. Me tomó de la cintura y me puso boca abajo, dejando mi cola al borde de la mesa y mis piernas colgando.
Me dió unas cuantas nalgadas, que al principio no dolían, pero luego de golpearlas repetidamente en el mismo lugar empezó a arder mucho. Le pedía que pare pero no me respondía. Luego sus manos separaron mis nalgas, sentí que escupió mi ano. En ese momento me asusté, el sexo anal me resultaba algo doloroso con Rodrigo, quien me lo hacía despacio y su pene era mas chico que el de Rodolfo. No lo soportaría.
Abrí mis ojos buscando a Rodrigo, esperando que detenga a su amigo, pero lo ví recostado en el sillón, con su pene en la mano y masturbandose, con una cara de pervertido, que no conocía.
Me resigné y volví a cerrar mis ojos. Mientras esperaba lo peor sentía la punta de la lengua de Rodolfo dando circulos en la entrada de mi ano, también penetraba mi orificio con su lengua, lamía mi raya, se pasó un buen rato estimulando mi cola, hasta que sentí su mano separando mis nalgas y su pene apoyado en mi ano, empezó a hacer presión, me lastimaba, pero su pene no lograba entrar, lo intentó unas veces mas sin exito, hasta que fué al baño y volvió a hundir su miembro contra mi ano, no se que se puso en el pene, que sentía algo frio chorreando entre mis nalgas. Fue muy doloroso todo el proceso, pero de a poco su miembro atravesaba mi pequeño orificio, sentí como se me estiraba por dentro y me daba miedo que se me rompa algo, todabía lo recuerdo y me dan escalofríos. No llegó a meter ni la mitad de su pene en mi, que me tomó con sus manos de mi cadera y empezó a embestirme duramente, era tanagresivo que movia la mesa con cada embestida, su pene ingresaba mas y mas con cada penetración, gritaba de dolor pero cada vez era menos doloroso, y no se si decir placentero, pero me sentía como nunca, con un morbo que me hacía volar la cabeza de un placer tan extraño. Sin darme cuenta ya su miembro estaba completamente dentro de mi cola, y sentí sus huevos chocar contra mis nalgas.
En un momento siento que sujetan de mi cabeza, me la giran para un costado y cuando abro los ojos, veo a Rodrigo al costado de la mesa acercando su pene a mi boca, la abro y trato de mamarsela lo mejor posible, pero me era muy dificil por las terribles embestidas que me daba Rodolfo en mi cola. Pasamos unos cuantos minutos en esa posición, hasta que sentí las manos grandes de Rodolfo tomandome por mi cintura, hundiendome contra su cuerpo, y me levantó de la mesa sin sacar su pene dentro de mí y nos sentamos en el sillón, yo seguía con su miembro hasta el fondo de mi cola. Quedé sentada sobre Rodolfo, dandole la espalda y con su pene dentro mio.
Rodrigo se acerco, y se puso delante de mí, se acomodo, flexiono un poco sus piernas y penetró mi vagina, que estaba muy mojada. Estaba ahí entre dos hombres maduros, siendo doblemente penetrada, en un momento sentí lo que nunca había expirementado y tuve por primera vez un orgarsmo real, grite tanto recuerdo, fue tan grande mi gemido, que mis hombres, se dieron cuenta y empezaron a darme mas duro, el pene de Rodolfo ya no dolía tanto y se sentía tan bien, pude sentir sus manos apretar mis pechos, sentir su pene en lo mas profundo de mi cola y gemir tan fuerte y a la vez largar toda su leche dentro mi cola.
Rodolfo quedo rendido con su pene dentro de mi, podía sentir como su miembro perdía su erección de a poco, y se quedó en esa posición acariciando suavemente mis pechos.
Rodrigo seguía penetrando mi vagina, estaba fuera de sí, si bien habíamos probado de todo en la cama, nunca lo ví tan salvaje, toda la situación lo había llevado a su lado animal y me la metía como un animal, como si su vida dependiese de eso. Finalmente eyaculó dentro de mi vagina una gran cantidad de semen.
Los tres quedamos rendidos en el sillón, no dijimos nada por unos instantes. Hasta que dije, que me tenía que ir que me esperaban en mi casa.
Cuando me paré, estaba muy adolorida, no solamente por las penetraciones brutales que recibí, si no por las posiciones incomodas que habíamos estado, me dolía todo. Caminé hacia el baño, mientras caminaba sentía como chorreaba dentro de mi ano y vagina el semen de ellos, sentía como bajaban por mis piernas sus restos de leche.
Es algo con lo que al día de hoy recuerdo ese momento y me masturbo.
Una vez en el baño vi, el desastre que era, toda traspirada, despeinada, los ojos llorosos, moretones en distintos lados del cuerpo. Era un verdadero desastre, me arreglé lo mejor que pude, me vestí y me fuí a casa.
Ese día perdí al que creía el amor de mi vida, pero descubrí una parte de mi vida que no conocía y que disfruto mucho al día de hoy. Gracias a esa experiencia, me abrió mi cabeza de tal manera que me hizo expirementar y conocer cosas impensadas por mí hasta ese entonces.

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