El vendedor de autos

Todos estaban satisfechos. Al rato pidieron algo para comer y tomar y se sentaron en la otra habitación . Los hombres se quedaron desnudos y ella se volvió a colocar su tanga. La conversación fue muy amena como si fueran amigos de toda la vida, y no una prostituta atendiendo clientes. La hicieron sentir bien y contenida. Eran hombres muy educados y simpáticos. 
Cuando terminaron de cenar, pusieron música y comenzaron a beber champagne. A ella el alcohol le pegaba mucho porque no estaba acostumbrada, pero esa noche se sintió segura entre esas personas. El moreno la sacó a bailar. Era bastante extraño bailar casi desnuda con un hombre totalmente desnuda, sobre una mullida alfombra y en la penumbra de una habitación de hotel. Además el alcohol había comenzado a hacerle efecto y reía sin ninguna razón. 
Bailaron un par de temas hasta que sintió que la herramienta del moreno comenzaba a reaccionar contra su cuerpo. En ese momento el hombre se la cedió al rubio, quien mostró mayores dotes de bailarín, aunque luego de unos minutos también se hizo notorio que su verga reclamaba otra cosa mas que baile. Por último fue el turno del hombre mayor, quien también la llevó suavemente y al rato se había empalmado como sus compañeros más jovenes. En cada oportunidad, le decían lo linda que era y como los calentaba, lo cual era cierto y se notaba. Y además la calentaba a ella. 
Por fin, el viejo le pidió que se la mamara, cosa que ella hizo de inmediato. Se arrodilló en la alfombra y comenzó su fellatio. La verga terminó de endurecerse en su boca, mientras ella jugaba con esas pelotas que la tenían subyugada. Notaba como se endurecían al contacto con su mano. Imaginó como se iban llenando de leche y esto la excitaba aún mas. 
El viejo se arrodilló frente a ella y la acostó en la alfombra, haciendo que se pusiera de costado, y ocupando su grupa. Así, hizo que levantara una pierna y la penetró lentamente. Tomándola de los hombros se impulsó para poseerla por completo y luego se dedicó a bombearla mientras jugaba con sus tetas. Así estuvo un largo rato hasta que por fin se vació dentro de ella gritando de placer. Ella mientras tanto jugueteaba con sus pelotas aumentado el placer del macho. Cuando su verga se ablandó, giró y quedó acostado boca arriba en la alfombra boqueando para recuperarse. Sin esperar el rubio la levantó del suelo y poniéndola de rodillas sobre el sofá se acomodó detrás de ella y la montó. En esa posición sentía como esa verga entraba y salía completamente sin ninguna oposición. Luego de un rato desensilló y la llevó de nuevo al dormitorio, haciendo que subiera a la cama y se pusiera en cuatro patas, para volver a penetrarla, mientras el viejo jugueteaba con sus tetas y el moreno se ubicó de tal manera que se le hizo fácil chuparle la verga mientras era penetrada. 
El tratamiento que estaba recibiendo hizo que comenzara a correrse antes que los machos y cuando el rubio la llenó por completo, un orgasmo se enlazó con el otro. Por fin el moreno acabó copiosamente obligándola a tragar leche como nunca había hecho. Por fin todos cayeron sobre la cama durmiéndose así, despatarrados. 
Cuando Carina despertó, vio que solo el moreno seguía durmiendo. Los demás no estaban. Fue hasta el baño a lavarse y sacarse los lamparones de semen que la embadurnaban y volvió a la cama. Dormido, mostraba una erección importante y ella no pudo evitar acariciarlo y comenzar a masturbarlo, hasta provocar que se despertara. 
- ¿ Y tus amigos? Le dijo suavemente 
- Tenían una reunión temprano, así que ya se fueron, dijo el macho poniendo sus manos detrás de la nuca y dejando que la hembra lo siguiera masturbando. 
- Bueno, yo también en un rato tendré que irme, dijo ella con pena. 
- No todavía dijo él dándose vuelta y comenzando a besarla tiernamente,a lo que ella respondió totalmente conquistada por la ternura y suavidad del hombre. 
Se besaron durante un buen rato, hasta que ella se encontró totalmente excitada y deseando que la poseyeran. Trató de hacer que el macho se ubicara en posición, pero éste la dio vuelta para comenzar a besar su espalda y bajando por ella llegar hasta su trasero y su sexo, recorriendolo con su lengua, sensación que a ella le encantó, arqueando la espallda y separando las piernas para facilitar la tarea. La lengua del macho la poseía y la enloquecía como nunca antes le había pasado.Su esposo jamás le había hecho esto. Su inexperiencia no registró que un dedo del moreno comenzó a jugar con su ojete, penetrandola gracias a la saliva de la boca. Ella simplemente gozaba con el tratamiento. Luego fueron dos dedos los que la penetraban y se retorcían dentro de su culo, haciendola gozar como una salvaje. Mientras la lengua entraba y salía de su sexo. No podía creer lo que sentía. En cuestión de minutos tuvo otro orgasmo inesperado. No pensó jamás que podría acabar de esa manera sin que la penetraran. Y que le gustara tanto. Mientras acababa el moreno la colocó de costado y acercándose frotó su verga por su sexo, mojándolo por completo con sus líquidos. Y luego levántandole una pierna comenzó a presionar contra su cuerpo. Carina, en los estertores de su orgasmo no detectó lo que estaba pasando. Cuando la cabeza de esa poderosa verga atravesó su esfinter se sorprendió, pero la sensación de plenitud y el dolor la inmovilizaron. 
- ¿ Qué haces?, preguntó asustada 
- Shhh, tranquila que esto va a ser muy placentero. Te lo aseguro. Voy a ser tan suave que vas a disfrutar como loca, déjame hacer, por favor, le suplicó. 
Ella ante esa ternura se quedó quieta, y notó como poco a poco, con cada arremetida, lentamente, esa verga iba apoderándose de su culo. No podía creer que la estaban enculando. Nunca lo había hecho, y aunque dolía un poco, debía reconoceer que no era para tanto. Que podia soportarlo. Su mano buscó entre sus piernas hasta encontrar la herramienta del macho y comprobar que apenas la mitad estaba guardada en su estuche trasero, y sin embargo se sentía tan llena. Notó como el macho se retiraba unos centímetros para volver a empujar y como poco a poco la verga iba desapareciendo en su cuerpo. Y lo más sorprendente era ese orgasmo que subía por su cuerpo y que era incontenible. Cuando la superó, se aferró con desesperación a las pelotas del macho, y esa reacción provocó el descontrol del moreno que avanzó y la empaló por completo, haciendo que el placer del clímax se mezclara con el dolor de la sodomización, aumentando aún mas su placer y su orgasmo. Los alaridos debían llegar a la calle, pensó ella entre nubes, casi inconsciente y sintió como la mano del macho le tapaba la boca para acallar sus gritos, mientras comenzaba lentamente a pistonearla. 
- Tenía unas ganas locas de romperte el culito, nena, pero lo quería para mí solo, por eso esperé que se fueran, le dijo el moreno mientras arremetía ahora salvajemente. 
- ¡¡¡¡Dame mas!!!! ¡¡¡¡¡ Dame mas!!!!! atinaba a decir Carina totalmente conquistada. 
- No tengo mas puta, entró hasta los huevos. Te comiste todo mi pedazo, yegua, decía el macho totalmente descontrolado y con esas expresiones vulgares aumentaba la excitación de la hembra. 
- Y ahora te voy a regar bien la tripa puta, ahí te va¡¡¡¡, gritó enterrándose hasta el fondo y comenzando a vaciarse, con un líquido caliente que ella sintió en el fondo de su culo. Bramaba de desesperación y calentura y casi se desmayó de placer. Por fin, la presión aflojó y los dos cuerpos se quedaron quietos. 
Luego de un rato, el moreno fue retirando su herramienta, la que salió acompañada de chorros de semen, y levántandose se dirigió al baño. Carina se quedó acostada y volvió a dormirse del cansancio. 
Al rato, un hombre correctamente vestido la despertó. 
- Bueno señora, tengo que irme. Su dinero está en la mesita, y le agradezco mucho su trabajo. 
Carina despertándose lo miró 
- En realidad las gracias debería darlas yo. He descubierto cosas increíbles que no conocía, dijo sonriendo. 
El moreno se acercó y la besó en la boca. 
- La próxima vez será mas interesante porque estarás mejor entrenada. Me voy que me están esperando. Tómate tu tiempo, le dijo y dando la vuelta salió de la habitación. 

….... 
Cuando salió del hotel, reconoció el auto de Ernesto que la esperaba. 
- Sube linda, le dijo abriendo la puerta, que tu esposo te espera. 
- Gracias, dijo ella seria. 
- ¿ Y? ¿ Qué tal la pasaste? ¿ Te trataron bien? 
- Si Sr., muy buena gente pero no es lo mío, dijo justificándose, sin saber que Ernesto sabía todo lo que había pasado. 
Viajaron en silencio hasta la casa de Carina. Al llegar bajaron del auto e ingresaron a la casa. 
De pronto, Carina recordó la promesa de Ernesto. 
- Ud. me había prometido algo si sus clientes quedaban conformes. 
- Vaya, tienes buena memoria para el dinero, cualidad importante para una escort de categoría, le dijo sonriendo. 
- No soy eso que dice, contestó enojada. 
- Es una pena, porque podrías ganar mucho dinero. Eres un verdadero éxito. 
- No me interesa. 
- Bueno, veamos. Aquí sobre la mesa tienes los 1000 prometidos. Y tu esposo está en la habitación sano y salvo. Ahora, me imagino que querrás pegarte un baño antes de ver a tu marido, no es así? 
- Si, creo que sería lo mejor, reconoció Carina. 
- Por supuesto, no le va a gustar que tengas tanto olor a macho encima. Carina debió aceptar que era verdad. Los olores a sexo eran inconfundibles. 
- Si, me iré a bañar, dijo. 
- Muy bien, y entonces aquí hay 1000 dólares más que dicen que te vas a bañar con uno de mis guardaespaldas. Tu decides, le dijo sonriente y depositando el dinero al lado de la otra pila. 
Carina miró los billetes y a Ernesto. Era una trampa, pero ya nada tenía que perder y hacer 5000 dólares en una noche era un resultado interesante frente a una situación forzada. 
Sin hablar se dirigió hacia el baño. Cuando llegó a la puerta se dio vuelta. 
- Mándelo, dijo y entró. 
Ernesto estaba satisfecho. Había conseguido una nueva pieza para su colección y que le dejaría buen dinero. Llamó al que estaba de guardia frente a la habitación, un negro de casi dos metros de alto, y rápidamente le explicó en voz baja lo que tenía que hacer. Sus ojos se iluminaron y rápidamente se metió en el baño. 
Ernesto fue al dormitorio. Entró y allí estaba Roberto haciendo que dormía. El dvd estaba en su caja, pero el hombre sabía que no había resistido la tentación de mirarlo y debía estar acabado. Su mundo se había derrumbado. 
- Bueno, mis hombres ya fueron a buscar a tu mujer, así que en una horita estará aquí contigo como si nada hubiera pasado. Es una pena que no hayas mirado la película, pero me la tengo que llevar. No puedo dejar nada que comprometa a mis clientes, dijo tomando el estuche. 
- No veo la hora de que esto termine, atinó a decir Roberto, sin moverse de la cama. Ernesto salió dejándolo solo. 

Carina entró al baño y rápidamente se desnudó y abrió la ducha. Cuando el agua estuvo tibia se metió debajo y comenzó a enjabonarse. La puerta se abrió y se cerró y a través de la mampara pudo notar que alguien estaba desnudándose allí afuera. Se dio vuelta y siguió con su baño. La mampara se abrió y se cerró, y dos manos grandes tomaron posesión de sus tetas, comenzando a magrearlas. Carina lo dejó hacer. Una boca carnosa comenzó a besar su cuello y sus hombros y ella cerró los ojos . Cuando dos manos poderosas la obligaron a darse vuelta, se encontró con un cuerpo azabache, fibroso, trabajado, y al cual su cabeza le llegaba al centro del pecho. Tuvo que inclinarse para verle el rostro a ese semental. Cuando lo hizo, la boca del negro se apoderó de la suya. , mientras la abrazaba. 
En manos de esa mole, se sintió un juguete. Nunca había sentido esa sensación. Ella no era precisamente pequeña con su metro setenta y cinco, pero al lado de ese hombre se sentía una nena. Cuando el la abrazó y la besó lo más impresionante fue la dureza que se estrelló contra su estómago. Estaba apoyada vertical y era impresionante su largo, su grosor y su dureza. Sorprendida se separó y la tanteó con su mano para comprobar que era todo lo que parecía. 
- Te gusta, no? La vas a tener toda. Eres mi premio por haber cuidado a tu maridito toda la noche., y sin decir más la levantó por los aires apoyándola contra los cerámicos del baño, con su cuerpo separó las piernas de la hembra y se acomodó. 
- Dirígela un poco y después yo me encargo, le dijo el negro. Ella así colgada buscó la punta de la verga y la acomodó en la entrada de su cueva. Cuando la punta estuvo en su lugar, el negro simplemente la fue dejando caer, para que se ensartara sola. La sensación fue maravillosa para los dos. Carina nunca había sido cogida de parada en esa forma, y cuando el macho tomándola de la cintura comenzó a levantar y bajar su cuerpo como si estuviera haciendose una paja con su vagina se volvió loca , lo envolvió con sus piernas y a pesar de la noche lujuriosa volvió a ponerse al borde del orgasmo. 
Cuando sintió que el negro se venía dentro de su cuerpo ella lo acompañó también . Gimieron al unísono de placer. Pero lo mejor estaba por venir. El negro terminó de acabar y salió de su cuerpo. Bajándola al suelo. La dio vuelta y así de espaldas la volvió a levantar, haciendo que con sus manos de agarrara de las canillas de la ducha y la volvió a ensartar hasta el fondo. A pesar de haber acabado copiosamente, su verga no se había ablandado. Y así en esa posición, colgada de las canillas y con sus piernas en el aire envolviendo los riñones del macho, ensartada por la mejor verga que había visto en su vida, siguieron un buen rato hasta que el negro la bajó al suelo y haciendo que se arrodillara le dio su verga para que la chupara, para luego de un buen rato, vaciarse en su boca obligándola a tragarse toda esa leche grumosa y espesa. . 
- Gracias, señora, fue todo lo que dijo. Salió se secó , se vistió y la dejó sola. Carina terminó de bañarse, dejó que el semen del macho corriera fuera de su cuerpo, se secó y volvió a vestirse con la misma ropa para que su esposo no sospechara. 
Al salir, Ernesto la esperaba en el comedor. Se acercó a la mesa y tomó el dinero que metió en su bolso, junto al que había recibido de los clientes. 
- Bueno Carina, nuestro trato ha terminado pero me gustó tu estilo. Me interesaría contar contigo en otras oportunidades, le dijo sonriendo 
- Ni lo sueñe, no soy una prostituta 
- No, eres una escort de categoría. Por cada trabajo que hagas para mí, te garantizo 4.000 dólares. ¿ Qué te parece?, le preguntó. 
Los ojos de Carina brillaron. Dinero y sexo desenfrenado eran dos cosas irresistibles.. Miró a Ernesto y se dio cuenta que el hombre notaba su interés. 
- Sería una vez por semana no mas que eso. Y siempre con señores de calidad a los que sacarles algo más si eres hábil, le dijo dando a entender que sabía el trato que había hecho. 
- Yo no puedo salir de noche libremente, le dijo 
- Por la tarde también hay reuniones interesantes, completo Ernesto, de hecho muchos hombres casados lo prefieren porque de noche tienen que estar en su casa. 
Fue hasta la mesa del living, tomó un papel y una lapicera de allí y rápidamente garabateó. 
- Este es mi celular, dijo entregándoselo a Ernesto. 
- Buena decisión señora. Haremos buenos negocios y nos divertiremos mientras tanto, y dándole un beso en la mejilla, llamó a sus hombres y salió de la casa. 
Carina respiró profundo y se dirigió al dormitorio. ¿ Con qué cara miraría a su esposo? No por lo que había hecho, sino por la forma en que lo había disfrutado como toda una puta. Y además no había quedado satisfecha. Quería mas. 
Entró y su esposo al verla se levantó. 
- Querido..... comenzó a decir, pero Roberto la interrumpió. 
- Esta noche no pasó. Nunca hablaremos de esto y nuestra vida seguirá como siempre. Por favor. Fue algo que no buscamos, así que no tenemos porqué recordarlo. 
Carina asintió y lo abrazó. Cuando lo hizo su marido comenzó a llorar en silencio. Por un minuto Carina le tuvo lástima. Solo por un minuto.

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