mi amiga la psicóloga Ana

Hace más o menos 3 años, conocí a Ana, ella tenía 21 y recién comenzaba a estudiar psicología, si no me equivoco terminaba el "CBC". Ella es muy a puesta, tiene un tamaño interesante en sus pechos, se podría decir que 92, una cintura casi perfecta 58 y una cola de 95 que raspa la tierra. Al principio, ella era mi consejera, jodiamos con el tema de psicóloga- paciente, y nos divertiamos mucho, ella me preguntaba como estaba y yo, inventaba historias que le causaban gracia. Lo haciamos todos los meses, con el transcurso del tiempo, empezamos hacerlo todas las semanas, era nuestro encuentro de amistad y diversión. En cada "sesión" sacabamos diferentes conclusiones, inclusive llegamos armar su cuarto como si fuera un divan, un sillon muy comodo, otro al lado de ese mismo, para que ella pueda sentarse, al costado una mesita de luz con un cuaderno y una lapicera, y también un reloj para controlar la hora. 
Este año decido pedirle un favor que podía hacernos bien a ambos... 

Yo: Ana, tengo que pedirte un favor 
Ana: Apa, ¿qué me vas a pedir? 
Yo: Analizame 
ANa: Y eso hacemos siempre 
Yo: No Ana, analizame de verdad, yo se que no se puede porque se mezcla lo afectivo, pero esto te sirve a vos y a mi, lo usas como práctica, además solamente me tenes que escuchar y dar alguna que otra opinión 
Ana: No se, no estoy preparada, tengo 3 años nada más de carrera y yo te conozco, no se si podremos 
Yo: Por favor, intentemoslo... 

Ella media confundida acepto. Los primeros encuentros costaron mucho, ella reía de los nervios y yo hablaba y pensaba en lo incomoda que la estaba poniendo. Los días pasaban y yo esperaba anciosamente su llamado para decirme que podía ir a su "consultorio", que obviamente como ya dije era su cuarto. En Ana pude notar un cambio repentino, la notaba seria, anotando muchas cosas y eso me hizo estar más libre para contar mis problemas, realmente se necesita mucho estudio para entender, aguantar y soportar esta cabeza. Pero hasta ahora viene todo normal, lo mejor surgió hoy apróximadamente hace 5 horas, nos encontramos, ingreso a su cuarto, ella se sienta y empezamos... 

Ana: Hola, ¿como fueron estos días? 
Yo: Bien. Bah, yo que sé, ando mal con mi novia 
Ana: ¿Qué anda pasando? 
Yo: Nada los celos que tengo, ella también es dura, pero nada me siento extraño 
Ana: Si puedo notar que estas raro. Decimelo 
Yo: Mira Ana, estoy escribiendo en una página 
Ana: Ah, mira que bueno, ¿ y de que es la página, líteratura, notcias políticas? 
Yo: Mmm, si es líteratura, pero contemporánea, si se quiere 
Ana: A ver, no entiendo nada, ¿A que te referís contemporánea? 
Yo: Escribo en P! 
Ana: ¿Eh?, ¿Qué es P!? 
Yo: Poringa, una pagina porno 
Ana: Jodeme, no te creo... 

Al instante ingreso a P!, y le muestro mis relatos, se queda a nonadada, ella me mira, se ríe y me pregunta sobre mis fantasías, sentí que hoy iba a volver a escribir para ustedes. Obviamente, le cuento que una de mis fantasías es hacerlo con una psicóloga, ella se ríe, me dice que voy a tener que pagar una sesión especial, le respondo que no tengo problema, Ana me tira en el sillon, se empieza a subir lentamente arriba mío, mientras que desabrochaba su camisa y se sacaba sus anteojos, me empieza a besar el cuello, eso me exita demasiado, trato de guíar su boca hacia la mía, lo consigo comenzamos a besarnos, saco su corpiño para dejar libre esas tetas tan perfectas que tenía con sus pezones parados por el frío que otorgaba el aire acondicionado y seguramente la exitación. Comienzo a tocarle la concha por encima de la tanguita, todo esto sin sacarle la pollera, ella me agarra de la cabeza y me pone mi boca contra sus pezones, comienzo a chuparselos, a morderlos suavemente, pasarle la lengua y succionar lentamente como si fuera un bebe, cosa que la exitaba demasiado, no dejaba de gemir y empezaba a cabalgarme frotando su concha con mi bulto. Se detiene un instante, se aleja, se acomoda el pelo como si estuviera pensando algo, me mira y vuelve a la acción pero esta vez para sacarme el pantalón y arrodillarse, me la chupa de forma deliciosa, yo no podía evitar dar unos gemidos y decirle lo bien que lo hacia, "si Ana, sos buenísima chupandola", "¿Ah , si?, soy tu psicóloga preferida", me pregunta riendose y disfrutando mi pija, a lo que respondo que sí, que era la mejor. Me la chupa unos instantes más pajeandome bastante fuerte hasta que siente mi pija al borde del estallido, se sube arriba, me la agarra y se la mete en la concha. "Ay, si, que rico pedazo, que lindo tenerte adentro", me decía mientras cabalgaba cada vez más fuerte y miraba el techo con los ojos cerrados. No paraba un segundo, yo no podía creer como una mina que estudía psicólogia, tenía esa perra infernal adentro. Yo la verdad que hacía poco esfuerzo, así que de una maniobra le pongo la cara contra el respaldo, le subo la pollera y empiezo a embestirla de forma descomunal, entraba y salía de una manera muy fuerte. " Ah, Aaah, si papi, si", me decía mientras gritaba y se escuchaba como mi panza golpeaba su culo, durante el hermoso acto, le pego en la cola, eso la exitaba más, empieza a tocarse las tetas, agarra una de mis manos y me pide que se las apriete, que le genere dolor, placentero, pero dolor al fin. Pasan unos cuantos mínutos, yo seguía sin parar y puedo destacar como sus músculos se contraen generando el milagroso orgasmo, decido no aguantarlo más y dejo salir mi leche, para llenar su concha. Sinceramente era impresionante, esa concha estaba revalsada de mi leche y ella tenía una hermosa sonrrisa, placentera. 
Cuando creí que había saciado a esa perra indomable, estaba equivocado, miró mi pija que seguía dura y empezó a chuparmela, mientras que acariciaba mis huevos, con su otra mano se colaba los dedos en la cola, lo cual me exiyo mucho y me dio la pauta de que debía hacerle la cola. Rapídamente la doy vuelta y sin asco le entro hasta el fondo, " Ay, putito, ¿eso solo tenes?", me decía Ana, mientras que yo le daba más fuerte. Era la primera vez que alguien me puteaba, y eso me exitaba y me daban ganas de romperle el orto. Comence a embestir ese culo sin asco, "Si, papito, rompemelo, ahora no sos un putito, ahora si me cojes como quiero, rompeme el orto", gritaba exitadísima, yo embalado seguía sin parar. Tres sacudidas más adentro del culo y vuelvo a llenarla de leche pero esta vez en su cola, "AAAh, si, mi amor, que lindo hasta ahí metela", me estremezco y la meto hasta el fondo casi involuntariamente, pudiendo sentir como descargaba todo bien adentro. Salgo y veía como esa cola desbordaba mi leche y el aujero perfecto que le había hecho. Empezamos a cambiarnos, le cuento que iba a escribir apenes llegue a mi casa, obviamente de lo ocurrido, ella no se niega, pero me pide por favor que el título sea: "Mi amiga la psicóloga Ana" 

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